dimecres, 29 d’octubre del 2008

A un milhombres

Pese a ser bravucón, no me acojonas,
intrépido adalid del mando y quiero,
y es que, a decir verdad, no eres tan fiero
como te pinta algún pintor de monas.

Ya arremetas cual tropa de amazonas,
ya te las des de Coco o Can Cerbero,
no me haces tiritar, titiritero,
por más que muestres tus fauces gruñonas.

No me amilanas hecho un don Rolando
ni con testuz de toro de Guisando,
pues, aunque yo a tu lado soy un cero

a la izquierda de un gallo ufano, cuando
me azuzas a la lid cacareando
te asoma entre las nalgas el plumero.