dilluns, 20 d’octubre del 2008

A un sabelotodo

Viniste de algún campus de Castilla
–puesto que dicen que Castilla es ancha–
para ejercer de marisabidilla
siempre que el mandamás te diera cancha.

Sentaste tus reales en los duros
cimientos (y aun peor: conocimientos)
de esos pagos repletos de inmaduros
oriundos, hatajo de jumentos.

Mas tus sueños cayeron hechos trizas
al comprobar que en estas bravas tierras
ni los perros trasiegan longanizas
ni hay más chorizos porque abunden perras.

Y es que para acertar con la receta
es menester más seso y menos jeta.